sábado, 26 de abril de 2008

El niño con el pijama de rayas

"¿Qué piensa usted de las artes?" -pregunta el Doctor César Arellano- "El arte es la ciencia de lo inútil". Así responde Don Torcuato Luca de Tena en boca de Alice Gould, la protagonista de su obra Los renglones torcidos de Dios. Que no se sientan ofendidos los artistas, por favor, ya que se refiere a que dicha ciencia no satisface las necesidades primarias (respirar, comer, beber, dormir, trabajar,...), sino otras donde Maslow, según su jerarquía y en función de cada persona, las hubiese encasillado en cualquiera de las 3 restantes: afiliación, reconocimiento o autorrealización.

Y dado que la literatura es un arte, hago hincapié en que podemos subsistir sin ella y que cuando recurrimos a una obra literaria es para disfrutar y no perder el tiempo. ¿quién se encarga de premiar un libro? ¿qué primas se llevan bajo cuerda? ¿quién coño le dio tanto bombo al Niñato con el pijama de rayas?

Acabo de terminar de leerlo, y menos mal que se lee en una tarde, y no hay por dónde cogerlo. Por favor, con la misma intensidad que le han hecho publicidad, ¿no podrían haber dicho que era para niños?

Sabéis lo que os digo:¡Al carajo el pijama de rayas y vivan los de franela de Portugal!

8 comentarios:

Pablo dijo...

Javi, no estoy de acuerdo contigo en el caso de este libro, no es un libro para niños, aunque bien podría serlo. Este libro tiene la "gracia" de las películas de Berlanga, las puedes ver como una película de humor simple tipo Scary Movie o bien la una película de humor que, además, cuenta con un humor irónico que salvaba a la censura franquista y que arremetía contra la sociedad de aquella época.

No soy de los que me hago pajas mentales con las cosas que leo, pero sí que leí entrelineas muchas cosas que no me dejaron indiferente. Una de ellas fue como el protagonista veía de lo más natural, por ejemplo, comer todos los días tres o cuatro veces y no era capaz de entender cómo los judíos no lo hacían, o porque él tenía una habitación enorme para él solo mientras que los judíos vivían por decenas en una más pequeña que la suya.

ana dijo...

Javi yo creo que el éxito de este libro se debe al tratamiento publicitario que en distintos medios de comunicación se le ha dado y que consiguen poner de moda ciertos títulos, también en la contraportada se insiste en que el contenido no puede ser desvelado, hecho que desata misterio y expectativas en el futuro lector.
Sin embargo pienso que no es mal libro del todo, si se tiene en cuenta que trata de parecer un cuento, de lectura facilona para narrar una historia desde la óptica de un niño y que como tú dices no se pierde más de una tarde en leerlo…
Lo que no entiendo es la ignorancia de Bruno, los niños de 9 años están mucho más espabilados, o no?, a no ser que su incomprensible ignorancia responda a una metáfora de la ignorancia de la sociedad alemana que no quería ver lo que estaba ocurriendo a su alrededor.

Javi dijo...

Ana. Creo que no te conozco y por ello agradezco aún más tu comentario.Cuando dices "no es mal libro del todo", coincido, pero así hay muchos que no se les ha dado tanto bombo y advierten que son para niños. Más aprendí de "El caballero de la armadura oxidada" o "La buena suerte", libros fáciles de leer y para niños también.

En cuanto a que los niños de hoy están más espabilados, lo has bordado, porque éste es, con el perdón de la palabra, tonto-polla. Gracias de nuevo, Ana.

Nuria dijo...

Estoy de acuerdo con Pablo, creo que en este libro hay que leer entre lineas y analizar.Quizá no ha cumplido del todo las espectativas que tenía cuando comencé a leerlo pero creo que ha sido por todo el bombo que le dieron en prensa.
En fin que yo también he leido libros mejores...pero también mucho peores

Javi dijo...

¿Y yo qué he dicho, Nuria? "Para el bombo que le han dado". Te vas a librar porque hoy es tu cumpleaños. Felicigromenauer!

Eduardo Garcia Criado dijo...

Creo que este libro, como muchos otros de estilo simplón, infantil y sensiblero, intenta eso, infantilizar todos los aspectos de nuetras actuaciones, más o menos lo que denuncia Albiac recientemente, no se puede sentimentalizar, por sentimentalizar - el motor de las personas son las acciones seguidas de las emociones y no al revés. Las consecuencias de este tipo de lecturas pueden desembocar en un "positivismo antropológico" que llevará al lector - que seguramente habrá disfrutado con la lectura y sonreirá a partir de ahora con cara de tonto - las consecuencias, decía, serán nefastas , creando a "niños" de 30 años... y por desgracia más...

Pablo dijo...

Eduardo, no creo que el libro pretenda que infantilicemos nuestras actuaciones, símplemente muestra un hecho histórico bajo los ojos de un niño.

Lo que no estoy en absoluto de acuerdo contigo es que "el motor de las personas son las acciones seguidas por las emociones". El mundo se gobierna mediante emociones que luego provocan acciones, ¿por qué empieza una guerra, por ejemplo? Si es verdad que tras la guerra se generan sentimientos, pero la primera acción de comenzar la guerra precede al sentimiento de lucha con un contrario.

Por suerte o por desgracia nos movemos por emociones, la prueba de que es así, es la publicidad. Cada vez más anuncios publicitarios se basan en sentimientos de varios tipos (seguridad, amor, amistad, pertenencia a un grupo social, etc.) para vender sus productos.

Eduardo Garcia Criado dijo...

Pablo, y asi nos va.... te animo a seguir en esa dirección, voy a comprar pañales....